Hacia Adelante

JOURNAL: ISSUE 3 - 2012

El 6 de noviembre los ciudadanos americanos acudirán a las urnas para elegir al Presidente y Vicepresidente de los Estados Unidos, con algunas personas depositando su voto incluso antes de esa fecha con votación temprana en persona ahora vigente en muchos estados. Ya sea que usted vote temprano, por voto ausente o a distancia, o el 6 de noviembre, raras veces han sido las diferencias entre los candidatos presidenciales tan marcadas o la trascendencia tan grande.

Por un lado, podemos continuar avanzando hacia una clase media más sólida con líderes como Barak Obama y Joe Biden, quienes están totalmente comprometidos con crear oportunidades de trabajo para el BAC y para los miembros de los oficios del sector de la edificación, por medio de inversiones en infraestructura, uso expandido de Acuerdos de Proyectos Laborales (Project Labor Agreements, "PLAs" por sus siglas en inglés), y protecciones salariales prevalentes firmes. Tras la peor recesión desde la Gran Depresión, ellos sacaron al país de las profundidades solidarizándose con el pueblo trabajador y apoyando las políticas que reflejan las palabras del Presidente John J. Kennedy, "cuando la marea sube, levanta a todos los barcos". En 2009, con la economía pendiendo de un hilo, Obama-Biden lograron implementar la ley de estímulo económico, creando y ahorrando millones de empleos. Cuando Detroit se veía vencida, ellos actuaron con firmeza para salvar a la industria automovilística, retornando a aún más personas al trabajo. Con los costos de la atención de la salud por las nubes, impulsados por las filas crecientes de personas sin seguro, ellos abordaron la reforma de la atención de la salud. Ellos han  reducido los impuestos para los contribuyentes de la clase media más de una docena de veces. Sus propuestas detalladas para expandir la recuperación en los meses venideros incluyen hacer un llamado para que los americanos más ricos paguen su porción justa de los impuestos, penalizando a las empresas que envían trabajos americanos al extranjero, y salvaguardando el Seguro Social y Medicare.

Por otro lado, podemos cambiar el curso y retornar a las políticas de la era de Bush con Mitt Romney y Paul Ryan, quienes apoyan las reducciones drásticas de impuestos para los millonarios y billonarios, la eliminación de  las regulaciones financieras diseñadas para evitar otro colapso económico, la reducción radical de los préstamos estudiantiles federales, la privatización del Seguro Social y Medicare que significará decirle adiós a beneficios garantizados y hola a cuentas privadas y vales. El plan de Romney para crear millones de empleos podrá carecer de información específica, pero podemos estar bastante seguros de que Romney cumplirá su promesa del "Día 1" de prohibir PLAs en trabajos federales de construcción, entre otras medidas anti sindicales – asegúrese de leer los comentarios de advertencia del Presidente del Sindicato Local 3 MA/ME/NH/RI, Chuck Raso, sobre la trayectoria de Romney como Gobernador de Massachusetts, en la página 10.

La falacia del modelo económico centrado en la oferta de Romney, o "goteo de polvillo de hadas", como ha sido llamado, fue destacada por el Ex Presidente Bill Clinton, quien sabe un par de cosas sobre la vitalidad económica. Clinton observó el 5 de septiembre que cuando se trata de crear empleos, los Demócratas tienen una ventaja de casi 2 a 1 sobre los Republicanos: "Desde 1961, los Republicanos han sostenido la Casa Blanca 28 años, los Demócratas 24 [años]. En esos 52 años, nuestra economía privada ha producido 66 millones de empleos en el sector privado. Entonces, ¿cuál es el resultado en lo referente a empleos? Republicanos, 24 millones, Demócratas, 42 [millones]". 
            
Sabemos que ha sido un camino muy difícil de recorrer para muchos de los miembros del BAC y nuestro Sindicato estos últimos años. Todos esperamos que ya pasadas las elecciones, continuaremos en el camino hacia una mayor prosperidad, una economía más fuerte, y mucho más trabajo para todos nuestros miembros.

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